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Sólo un cargador

El lenguaje audiovisual: Ficción / no ficción

Ramírez trabaja el cortometraje como una reflexión audiovisual a partir de una serie de imágenes que ha ido registrando en varios viajes, y de su propia voz representando la de un personaje que podría ser ficticio pero que representa a un grupo de personas: los cargadores andinos.

Si las imágenes no necesariamente corresponden a las de un cargador real llamado Chuqui Orozco y la voz que escuchamos, definitivamente no es la de ningún Chuqui Orozco, ¿cómo es que podemos considerar a este producto como un documental? Este cortometraje es uno de esos trabajos que se coloca al borde de los géneros y las definiciones, pues al mismo tiempo podemos preguntarnos; si no aparece un actor representando al personaje de Chuqui, si la voz que escuchamos no representa diálogos si no que comparte reflexiones que podrían corresponder efectivamente a los pensamientos de un cargador andino, ¿podemos decir que se trata de una ficción?

Más que intentar encajonar al cortometraje dentro de una categoría, resulta interesante darnos cuenta de que, efectivamente, el director se ha valido de herramientas del documental y de la ficción para, más que contarnos una historia concreta, hacernos reflexionar (y polemizar) sobre la naturaleza del retrato y la reflexión audiovisuales.

Del documental toma el registro constante de una actividad, el seguimiento a un personaje – tipo (no se trata de un personaje concreto –de hecho, no es necesario- sino de un grupo de personajes que comparten una característica, en este caso, la de ser cargadores en los Andes peruanos), las imágenes complementarias y contextuales del personaje, las que nos permiten vislumbrar algo más de su entorno y de las condiciones (sociales, geográficas, culturales, económicas) en las que se desempeña. Lo que logra al final es una especie de retrato grupal, en el que el contexto, visualmente, tiene un peso importantísimo.

Hay un detalle interesante en esta construcción visual documental: la idea de fotografía fija en la que terminan algunas tomas claves. Cuando una toma se congela y se queda fija, como una fotografía (la que cualquiera podría tomar en un viaje) el relato se detiene por un momento, dándole énfasis a la idea que acaba de desarrollarse.

Les proponemos que busquen otros ejemplos en donde aparecen estos recursos audiovisuales

Más cercano a la ficción, en el proceso de edición utiliza imágenes tomadas de diversos viajes y momentos creando una historia que, como ya hemos dicho antes, no necesariamente se corresponde con la realidad de un solo personaje, pero generando verosimilitud. El sonido refuerza esta construcción y termina siendo el hilo conductor de la narración, el que la termina.

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