Ramona
Puesta a elegir una imagen de América Latina, la socióloga argentina María Pía López escogió esta foto de la comandante zapatista Ramona. ¿De qué nos habla la foto de esta mujer?
El zapatismo, desde 1994, es laboratorio, experiencia y objeto polémico de las políticas de América Latina. Guerrilla en época de extinción de las guerrillas, fuerza armada que declara contra las armas, expresión de las comunidades indígenas de México en fuerte ruptura con las tradiciones comunitarias, hizo de las paradojas su fuerza. Como pocos movimientos políticos, cultivó la reflexión sobre la puesta en escena, sobre el quehacer del lenguaje y la apropiación de las tecnologías de la comunicación. Quiso prescindir de imitaciones pero no de expandir una red de afinidades y solidaridades. Su presencia sigue siendo necesaria no sólo para las comunidades y los militantes. Lo es, aún, porque expresa tanto el pasado irredento como la apuesta a la liberación futura. Y plantea los problemas de la época con una radicalidad impar.
Una mujer zapatista es imagen de ese conjunto de dilemas y de un haz de rupturas fundamentales. En la primera negociación de paz con el gobierno mexicano, en 1994, fue una joven comandante, Ramona, la encargada de desplegar la bandera nacional. Al hacerlo, condensó tantos símbolos como abrió problemas –el de la nación, el de la autonomía, el de las mujeres indígenas- que aún nos solicitan.