A+ | A- |
|
 

Taller de imágenes

El malón

Por Angel Della Valle (Argentina)

Este cuadro pintado por Ángel Della Valle en 1892 se inscribe en un contexto en donde en Argentina, las bellas artes,  junto con la formación de un campo cultural y artístico, constituyen un engranaje privilegiado en la transmisión de ideas, valores y ejemplos impulsado por las elites dirigentes en pos de la construcción de un repertorio de imágenes para una nación “civilizada”.

En el siglo XIX, la ilustración francesa se erguía como el faro que guiaba el camino en la construcción de los estados – nación de los países americanos. En este sentido, la “civilización” y el “progreso” se entendían en la filosofía positivista e ilustrada como un estado ideal, universal hacia el cual la humanidad se inclinaría naturalmente para su evolución.

La contratara de esta moneda, la sombra de la civilización,  y a la cual había que exterminar era la “barbarie”.

La vuelta del malón es el primer cuadro pintado en gran formato que representa la temática indígena en nuestro país. Este punto es significativo si pensamos que los grandes cuadros eran exclusivos del género histórico para contar historias épicas que forjaron el imaginario la construcción de la nación. Asimismo, Della Valle representa esta escena una década después de la campaña del desierto - cuando ya no había malones en la pampa y los indios parecían un enemigo vencido- para ser presentada como envío argentino en la Feria de Chicago en conmemoración del IV centenario del descubrimiento de América. De alguna manera, el mensaje implícito parecía ser la glorificación del programa de exterminio liderado por el general Roca, como el final de un proceso que se había iniciado en América con la llegada de Colón.

Laura Malosetti Costa en su libro Los primeros modernos, establece el diálogo que se entabla entre esta obra y La cautiva de Esteban Echeverría. Y reconoce su inspiración en la escena inicial del poema en la que los indios irrumpen en el paisaje pampeano, llevando su botín.

La vuelta del malón
DELLA VALLE, Angel, La vuelta del malón, 1892
Oleo sobre tela
186,5 cm x 292 cm

Malosetti Costa escribe sobre esta obra:

…“los dos indios que, en primer plano se destacan sobre dos espléndidos caballos (uno negro y otro blanco), llevan cada cual un “atributo” claramente de su “barbarie”: la cautiva el uno y los despojos de la iglesia el otro. El paisaje, por otra parte: la luz, el cielo, la inmensidad de la pampa, adquirieron en el cuadro una presencia destacada que fue  interpretada, precisamente, como el elemento más nacional, original y característico de éste: era el desierto argentino.”

“En la pampa desolada, envueltos en una luminosidad fría, en el cuadro de Della valle los indios aparecían revestidos de todos los signos que indicaban su carácter de enemigos de la “civilización”: las cabezas cortadas de sus víctimas, los despojos de una iglesia profanada, el ganado robado, y destacándose en el conjunto, la cautiva blanca semidesnuda. El grupo que componen el jinete y su presa tiene un carácter sensual que lo distingue del resto de la composición: los contrastes violentos se desdibujan, el indio parece hasta cierto punto proteger, rodeándola con su brazo, a la mujer adormecida […] Este se nos aparece como el fragmento más literario del cuadro…

En una nota periodística de la época aparecen las siguientes palabras:
“El Pampero soplará mientras haya atmósfera en torno al planeta, pero los indios no siempre podrán arrasar, robar, incendiar y violar, porque los indios van tomando el mismo camino que los dioses quienes han desaparecido, corridos por el desprecio del público, cansado este de verles arrasar, robar, incendiar y violar – exactamente las mismas fechorías que cometen los indios, lo cual dejaría, sea dicho de paso, suponer que los dioses no fueron jamás otra cosa sino indios disfrazados bajo la conducta del libertino cacique Zeus.
Es evidente que la completa desaparición de la raza roja es sólo cuestión de años, y en tal caso es necesario apresurarse si se quieren estampar sus rasgos con los contornos muy marcados que la hicieron resaltar, malogrado su inferioridad cerebral. Eugenio Auzón, en su crítica de la Vuelta del malón de Della valle Bellas artes – la vuelta del malón, Sudamérica 19 VII, 1982. p 1 col. 3