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La película Amnesia pertenece al género del cine histórico1, puesto que cuenta la historia de dos ex soldados que se reencuentran luego de largo tiempo, a quienes los une el haber participado en programas de represión para el gobierno militar. El hecho de referirse a estos temas la enmarca dentro de este género aunque existen otras categorías para referirse a estos filmes. Hay quienes llaman a este tipo de películas “cine político”2, pero esta clasificación no es muy práctica puesto que la política es un elemento ligado a toda actividad humana, por lo cual cuesta definir un filme como político o histórico. Por esta razón, parece ser que el adjetivo mejor empleado es el de cine histórico.
Si intentamos compararla con otras películas o, más bien, la relacionamos con ciertas influencias que pueden ser explicitas o no, podríamos crear ciertos nexos con el cine español pos dictadura, puesto que utiliza simbolismos típicos del cine de Almodóvar de la década de los ochentas: hay un cierto aire “kitsch” en las ambientación de la casa de Ramírez y los personajes, pese a estar envueltos en un horrible drama existencial, caen en actitudes desde lo divertido a lo simplemente sinsentido, puesto que hay imágenes y recuerdos horrorosos mezclados con bromas y situaciones cómicas que van contrastando el relato del filme.
Otra prelícula que narra situaciones históricas problemáticas es el filme de 1973 del director griego Costa Gavras. Él nos muestra la manipulación de parte de los EEUU hacia los militares de América Latina para que estos tomen el poder y así terminar con los gobiernos de orientación socialista. La película está ambientada en Uruguay pero fue filmada en Chile meses antes del golpe de Estado, algo premonitorio de lo que ocurriría en el país. En este filme se muestra dentro el elenco a un joven Héctor Noguera (actor chileno) junto a otras personalidades como Yves Montand, Renato Salvatori, Jacques Weber, entre otros.
El guión cuenta una historia que puede ser homologable a cualquiera de las dictaduras militares de los setentas y por ello se podría crear cierto nexo con la historia de Amnesia, en cuanto a que ambas narran situaciones vinculadas a los gobiernos militares y que, a su vez, pueden ser comprendida desde otras realidades similares, como es el caso del holocausto nazi en Alemania.
El ritmo de Amnesia es bastante rápido: tiene una duración de 90 minutos, dentro de los cuales se pasa desde los tiempos presentes hacia recuerdos de un pasado que se quiere olvidar, puesto que esos recuerdos son de tal gravedad que se hace difícil la vida de hoy. Dentro de esta constante oscilación entre el presente y el pasado, aparecen planos que van dando al espectador la sensación de complicidad con el protagonista, por lo que se puede concluir que el director cumple su finalidad, es decir captar la atención del público y transmitir el mensaje.
Más allá de esto, la película no cuenta con grandes efectos audiovisuales, más bien es austera pero de una gran profundidad, ya que el tema pos dictadura se toma desde la doble dimensión entre víctimas y victimarios, lo que da al espectador da una visión más amplia.