Tramas - Educación, imágenes y ciudadanía
Santiago Román es un ex-soldado de 23 años que acaba de volver a Lima después de haber servido luchando contra la subversión terrorista y el narcotráfico en el país y en la guerra del Cenepa, contra el Ecuador. La Lima que Santiago encuentra es una ciudad hostil, caótica, decadente. Y su familia refleja lo mismo. Pero él está decidido a mejorar su propia situación, convencido de que, al hacerlo, mejorará la de su familia y su país. Intenta convencerse de que lo aprendido en el ejército es lo que hace falta para poner orden y arreglar todos los problemas pero lo que ocurre es que la sociedad y las personas se mueven a sus propios ritmos, tienen sus propias necesidades que desestructuran el esquema de Santiago, quien no podrá mantener el equilibrio por mucho más tiempo.
El gobierno de Alberto Fujimori, entronizado en el poder de forma dictatorial desde 1992 (año del autogolpe, estando él mismo en el poder desde 1990, cuando fue elegido democráticamente) hasta el 2000, se valió del miedo de la población al terrorismo y los conflictos fronterizos para desplegar un autoritarismo apoyado en grupos militares y paramilitares, alejándose de las prácticas democráticas y los derechos humanos.
En 1995, un largo conflicto fronterizo con Ecuador da lugar a la llamada Guerra del Cenepa, ganada por el Perú con la recuperación del territorio de Tiwinza, en el departamento de Amazonas. Este conflicto, aunado a la guerra antisubversiva, hizo que varios jóvenes, principalmente de las clases menos favorecidas, cumplieran años de servicio en las Fuerzas Armadas. Santiago es uno de ellos.
Como la mayoría de triunfos, reales o imaginarios, militares y policiales referentes a la lucha contra la subversión y los conflictos fronterizos, el mérito mediático recaía en Fujimori y sus supuestas dotes de estratega, dejando a los actores directos del éxito muy lejos de la atención pública y el reconocimiento. La crisis moral y social que recorría el país buscaba paliarse en nuevos hábitos de consumo, permitidos por la euforia de la nueva seguridad pública y el triunfo sobre la hiperinflación del gobierno anterior. Nuevos centros comerciales, discotecas, restaurantes son parte de la cara de esta nueva Lima a la que llega Santiago. Muy distinta y desordenada en comparación a la que dejó; violenta en su caos y nueva libertad.
Les proponemos que indaguen en los medios locales, pueden ser periódicos, internet, gráficas, publicidades que recuerden, etc. que den cuenta de esta situación de la que habla la película. Pueden preguntar a sus familiares, padres, tíos, hermanos, abuelos, cómo vivieron este período, y qué papel consideran tuvieron los medios de comunicación en la construcción del éxito presidencial de Fujimori.
Continúen investigando en libros, textos o materiales históricos, que den cuenta de la historia reciente, y describan con mayor precisión en qué consistió, cuáles fueron las causas, qué razones se argumentaron para la alineación militar y dictatorial de un gobierno asentado sobre bases democráticas.
· Santiago
Santiago es el segundo de tres hijos. Su familia vive en un barrio marginal y maneja una pequeña bodega en el primer piso de la casa. En la misma casa viven el padre, la madre, el hermano mayor con su esposa y pequeño hijo y la hermana menor. Al comienzo de la película Santiago vive con ellos; se ha peleado con su mujer y no quiere volver a su casa. En un momento su padre le dice que tiene que irse, que siempre podrá volver y contar con su apoyo, pero que tiene que ir a solucionar sus problemas.
Santiago acaba de retirarse de la Marina después de servir seis años. Participó en la guerra del Cenepa y en la lucha contra la subversión. En acción era uno de los hombres principales y eso se lo recuerdan sus amigos excombatientes, con los que se reúne a conversar y a planear posibles salidas a la situación de desempleo en la que todos se encuentran. El suicidio de Rata, un excombatiente discapacitado y su mejor amigo, lo disuade de participar en el robo a un banco, planeado a partir del entrenamiento militar, “como una operación más”. Sin otra mejor opción, Santiago comenzará a hacer taxi por las calles de Lima.
Gracias a esta actividad podrá juntar dinero e inscribirse en un instituto técnico y comenzar a estudiar una carrera corta. Se ha pasado todo el tiempo pensando en un plan, una guía de acciones que le permitan superarse, como en una estrategia de batalla, donde cada paso lleva lógicamente a otro y donde, si todo se da como estaba planeado, el resultado es la victoria. Comienza a sentirse seguro, está consiguiendo lo que se propuso. Pero el equilibrio es débil: las personas y las situaciones no tienen la lógica del campo de batalla, las armas de la socialización y la educación no son tan fáciles de manejar como una metralleta. Santiago cree que ha controlado su vida los últimos seis años, en los que ha servido al país, pero sólo era parte de un aparato mayor en el que otros le daban órdenes claras que cumplir. Ahora, que está en Lima, el caos no es sólo el de esta ciudad desordenada que se lo come todo, también es el de su mente sin guía, sin libertad, sin capacidad de auto dirigirse. Ahora que nadie está sobre él, no sabe qué hacer.
Santiago y sus vínculos: sus mujeres
Uno de los logros más interesantes de la película es la construcción del protagonista en función a su relación con los personajes femeninos que lo rodean. Todas, en algún grado, son posibilidades de superación para Santiago, posibles partes de ese plan para salir adelante. Pero cada una de ellas, con una mente y una realidad distintas a la suya, terminará por frustrar sus expectativas.
· Mari, la esposa
Mari, la esposa de Santiago, trabaja en el Seguro Social. En los años de ausencia de él, ella aprendió a valerse por sí misma, a tomar decisiones. Cuando él regresó a Lima, ella no estaba esperando que él le dijera qué hacer. Eso lo desesperó. El conflicto hizo que se separaran y que Santiago volviera a casa de sus padres, buscando refugio y dónde comer. Esta pequeña mujercita, en su tranquilidad y claridad no se someterá a los deseos de su esposo si van contra los de ella. Al final, es la única capaz de tomar decisiones por sí misma, por su bienestar.
· La madre
Cansada, descuidada, resignada. La madre de Santiago es la sirvienta de todos en su casa. No tiene opinión propia, es la vocera de las decisiones del padre y nunca está en contra de ninguna, completamente sumisa. Cuando el padre decide que Santiago debe irse, ella se lo comunica. Cuando descubren juntos el abuso sexual del padre a la hija menor, en vez de apoyarse en Santiago para evitar que continúe, le pide que baje el arma, que se vaya, que se olvide de ellos.
· Elisa, la cuñada
Elisa está casada con Coco, el hermano de Santiago, un alcohólico desempleado que no hace más que golpearla y agredirla. Tienen un hijo completamente descuidado, que gatea solo por el piso de la casa, todo el día. Joven y seductora, sabe que desperdicia su vida casada con Coco, pero no hace nada por cambiar su situación. Nada, excepto seducir a Santiago, pidiéndole que la salve del loco de su hermano. Y eso es justamente lo que Santiago necesita, ¡una víctima qué rescatar! Pero para ella sólo se trata de un juego, algo que la distraiga de su realidad y su debilidad para cambiarla. Para Santiago será una de las peores decepciones, parte del espiral de descontrol que no podrá soportar.
· Andrea y las amigas del instituto
Jóvenes, guapas, divertidas, llenas de energía. Para Santiago, conocerlas será recuperar parte de su juventud perdida. Algo le atrae de la calma de Andrea, para ella no todo es juerga y bacilón, como para las demás. Pero ella tiene otras inquietudes que no entran en la imagen que él quiere tener. Al ser capaz de tomar la iniciativa lo castra, lo bloquea; las cosas no deben ser así, siente él. Para Santiago es el comienzo de la locura abierta a partir de la cual no podrá controlarse más.
Detengámonos en la construcción fílmica del personaje principal: ¿cómo se representa la vida del protagonista?, ¿de qué elementos, historias, vínculos se vale el realizador?, ¿cómo se representa la vida de santiago: su vida cotidiana, sus hábitos, sus temores, sus certezas, sus objetos de consumo, etc. ¿qué diferencias encuentra después de la guerra del Cenepa?, ¿en qué se han modificado sus vínculos y relaciones con los demás?, ¿cómo era la relación con las mujeres previo a su partida?, ¿consideran que se sentía parte de los cambios que el país experimentaba?
·Santiago no forma parte del sistema. A pesar de haber servido en una Fuerza Armada, a pesar de haber luchado por el país, de ser un hombre disciplinado, de saber hacer “de todo un poco”, como le dice a la recepcionista de un instituto de educación técnica, no hay oportunidades para él. No hay créditos, como se lo hace saber el empleado de la tienda de electrodomésticos; no hay becas, como le indican en el instituto. Lo único que puede hacer es conseguir dinero, como sea. Luego, cifrará sus esperanzas en la educación, herramienta que, espera (supone) le permitirá conseguir sus metas, pero eso tampoco funcionará. No hay nadie que lo ayude a reconocer sus desequilibrios, no hay nadie que lo guíe: ni en su familia, ni en su entorno cercano, ni en su comunidad. Es un outsider pero no puede darse cuenta, y no hay nadie que pueda ayudarle a reconocerlo.
Santiago creció en una familia machista que le hizo creer en una serie de responsabilidades y obligaciones del hombre: fortaleza, disciplina, orden, autoridad sobre los demás (sobre las mujeres y los débiles). Se formó en una institución machista que le enseñó que la fortaleza física y la disciplina templan cualquier carácter, justifican la violencia y otorgan autoridad sobre la vida de los demás. Fortaleza y autoridad: sobre esos dos pilares se construye su identidad. Pero cuando tenga que ejercer su libertad, su creatividad, cuando tenga que ser flexible o negociar con los demás, esa fortaleza y autoridad se desvanecerán; mejor dicho, se hará obvio que sólo fueron construcciones artificiales y que nunca las tuvo en realidad.
Santiago cree en la educación como paso necesario en el proceso que lo convertirá en un sujeto exitoso. El afiche en el exterior de un instituto, proclamando al instituto como la elección de los vencedores, lo termina de convencer. Cuando habla con Rata le dice que quiere hacer algo que valga la pena, construir algo importante. “Sí, pero para eso se necesita estudiar, y eso cuánto costará”. Los doscientos soles que Santiago necesita para inscribirse se convierten en una urgencia. Pero, una vez conseguidos e inscrito por fin en clase, necesitará activar una serie de habilidades sociales que harán obvias sus carencias emocionales más fuertes. El espacio educativo será parte del sistema que lo seguirá excluyendo.
Indaguen qué perspectiva de género presenta el film. ¿Con qué valores, preocupaciones, problemas, prácticas, roles, actividades se asocian hombres y mujeres?, ¿consideran que hay estereotipos?, ¿qué imágenes femeninas y masculinas se privilegian?, ¿qué interacciones se producen entre hombres y mujeres?, ¿consideran que éstas son igualitarias o encuentran situaciones de discriminación? ¿Se establecen asociaciones entre discriminación económica y género?
· Control/descontrol – color/blanco y negro
La acción a partir de la cual se construye a Santiago es su ejercicio del control. Y son varios los mecanismos para hacerlo visible. Uno de ellos, el más reconocible a simple vista, es el cambio de la imagen en blanco y negro y a color. Es la materialización, la visualización del caos. En ocasiones, el cambio se hace presente en una misma escena, por ejemplo, en el diálogo entre Santiago y su padre, cuando éste le dice que tiene que irse de la casa. Santiago parece un niño pequeño, débil (“Sí, ya me dijo mi mamá que me tengo que ir… pero, ¿puedo quedarme a almorzar, con ustedes, ahora?”). Frente a la autoridad del padre, se achica, su fortaleza disminuye. Es parte de la costumbre en una familia machista y aparentemente tradicional, como la suya.
Otro momento es cuando Santiago camina por las calles de Lima y piensa. Intenta convencerse de que la organización y disciplina que conoció allá, en el campo de batalla, en las concentraciones, le servirán igualmente en la ciudad caótica. Hay fragilidad en su convicción: de tan repetitiva se vuelve frágil; la imagen cambia de color al blanco y negro una y otra vez, una y otra vez, como las ideas que se repite para darse seguridad.
· Multiplicidad de términos, multiplicidad de acciones
Un elemento interesantísimo de la construcción visual de la película es la multiplicidad de planos de acción en una misma toma. Con la misma intención, hay multiplicidad de planos de acción en la relación del plano visual y el sonoro. Por ejemplo, en el primer caso, de multiplicidad de planos de acción en la misma toma, Santiago contesta el teléfono en primer término de la toma, cuando lo llama Rata por primera vez, para reunirse con los amigos excombatientes. En segundo término, al fondo de la toma, la familia de Santiago almuerza, desordenadamente: el padre insiste con que la hija se vista sensualmente para atraer clientes en la bodega, la madre atiende la mesa cansada, triste, Coco intenta hacer comer a Elisa a la fuerza, después de una pelea.
Santiago se ha refugiado en un mundo de caos, pero se trata de su familia y no puede intervenir para cambiarla.
Otro ejemplo, este de multiplicidad de planos de acción y tiempo, combinando términos visuales y sonoros: pasa algo en el presente, se escucha algo en otro tiempo, como cuando el grupo se encuentra en el cementerio. Mientras se escucha el diálogo entre Santiago y Rata acerca de que no hay nada qué hacer y Santiago expresa su deseo de hacer algo “que sirva”, los vemos saludando a sus amigos de acción, abrazándose, bromeando entre ellos, en un cementerio. Además, en el primer ejemplo la metáfora es obvia: un grupo de jóvenes de acción, cuyo centro de reunión es el cementerio. Pueden estar visitando la tumba de un compañero caído en batalla, pero es también una forma de visualizar el estado en el que se encuentran para el mundo: son como muertos, no sirven más.
Este esquema se repite a lo largo de la película: mientras vemos algo, está pasando otra cosa que descubriremos después. Conclusión: siempre está pasando otra cosa, algo que queda fuera del control de Santiago, pero que lo afectará: que su mujer tome sus propias decisiones y tenga sus propias ideas, que mientras Elisa lo seduce y le pide que la ayude con Coco, le pida a Coco que no la deje, que mientras él discute y se pelea con su hermano y cuñada, su padre esté abusando de su hermana menor. Ese es el drama de Santiago, estar obsesionado con el control y no tener autoridad para controlar nada.
Como no puede controlar el tiempo, tampoco. Para él, el pasado sigue pasando; se acuerda “de todo, todo el tiempo, todos los días” y no puede dormir. Quiere estar tranquilo con su conciencia. Sus meditaciones y ejercicios en la playa, de madrugada, de noche, son su mecanismo para recordar (el control, el orden) y para olvidar también (el caos que no puede controlar, todas sus incapacidades sociales
· La edición: intenciones contrapuestas
La edición de la película refuerza constantemente esta incapacidad de Santiago. Nos lo muestra primero en su ilusión de control: entrenando en la playa, nadando en la madrugada, siendo feliz con esa disciplina, para luego ponérnoslo frente a su cuñada, mientras ella le coquetea, incapaz de contestarle nada. Otro momento así, el más patético de todos: su último intento de decisión, cuando mueve la pistola sobre su cabeza, una y otra vez, buscando el lugar donde dispararse para morir. Son varias las tomas entrecortadas que generan la sensación de un paso del tiempo lento, pesado, con el riesgo del suicidio de cara al espectador. Se acumula la tensión y cuando Santiago por fin dispara, no hay balas. Fin.
En esta actividad nos interesa que se detengan a observar los contrastes, oposiciones, matices, que a través del lenguaje audiovisual, el Director va utilizando para erigir diversos climas, destacar diferentes aspectos del personaje y provocar sensaciones en el espectador. Pueden detenerse en el tiempo, en el ritmo, en los espacios, en la luz y la oscuridad, los colores, etc.
Volvamos a la escena donde el protagonista intenta suicidarse: ¿Qué indicios nos está dando la cámara para pensar que llega el desenlace de la historia? ¿Cómo podemos imaginar que hubiera continuado la narración si Santiago efectivamente hubiese muerto en ese instante?
· La voz: el testimonio
Hay algo de documental en la utilización del sonido en Días de Santiago. No es sólo la reconstrucción sonora del caos urbano, con los cláxones y la música saliendo de todos lados mientras Santiago camina sin rumbo, también lo son las declaraciones de los personajes, la voz en off de Santiago mientras camina por esas calles. Él intenta explicarse, y en la perseverancia de su discurso se va construyendo la desesperación.
· Silencio y ruido
Cuando Santiago está en un interior, suele haber silencio; es casi nulo el ruido que entra de la calle. Por el contrario, los exteriores son ruidosos, incontrolables. De nuevo, el sonido refuerza la idea de control o descontrol de la situación. Hasta que en la penúltima escena, cuando descubre el abuso sexual del padre, los gritos y las súplicas llenen el espacio mucho más que cualquier ruido externo.
· Música y performance
En casi toda la película la música es diegética, es decir, viene de una fuente justificable dentro de los elementos visuales de la escena. Hasta que en unas cuantas ocasiones se vuelve incidental, con un sentido muy claro de performance. Son dos los momentos en los que, utilizando la misma música, se crea este sentido de interpretación en las acciones de Santiago. El primero, su duro entrenamiento en el arenal, en la madrugada. Vestido de comando, Santiago realiza movimientos y simula situaciones de batalla mientras se escucha una guitarra andina, triste. La misma música se repetirá cuando, desesperado por el abandono de su esposa, una situación que no puede controlar, entra a la discoteca en la que siempre está la gente del instituto y comienza a bailar frenéticamente: en ninguna de las dos situaciones está el Santiago real; se trata de performances, de interpretaciones para presentarse frente al mundo, para intentar encajar en algún lugar.