Tramas - Educación, imágenes y ciudadanía
“Buenos Aires 100 km” nos cuenta sobre la transición a la adolescencia de un grupo de cinco amigos que viven en un pequeño pueblo alejado de Buenos Aires. La acción recrea un verano típico en el interior de Argentina. Los protagonistas de la película son Esteban, Alejo, Damián, Matías y Guido, quienes han sido amigos desde la infancia.
En el transcurso de la película, la vida en el pueblo no resultará tan simple como parecía. Las historias de estos chicos combinan las biografías singulares con las problemáticas comunes para los jóvenes de su edad: el enfrentamiento o rebeldía con los padres, el despertar sexual, la idea de un futuro que se presenta incierto, los sueños y proyectos, las formas de solidaridad entre pares, y las lealtades personales.
Buenos Aires 100 km es una película planteada como un acercamiento modesto y humilde, con bajo presupuesto y sin pretensiones sensacionalistas, a la vida de algunos niños en un pueblo de provincias. En ese acercamiento, ayuda a revisar las propias ideas acerca de la juventud y de los jóvenes. Permite reconocer que hay diferentes formas de experimentar el tránsito hacia la juventud, de acuerdo a los contextos, las sociedades, las condiciones sociales y épocas históricas. En este caso, el film señala la particularidad ligada a la vida de pueblo, alejada de la gran ciudad, en el marco de ciertas relaciones y lazos con los adultos, con los pares, con el trabajo y la educación. Esa ciudad puede ser una pequeña ciudad en cualquier lugar de América Latina, donde generalmente la organización política, económica y cultural está muy centralizada, y la vida parece transcurrir a la vera de la metrópolis llena de novedades y de ritmo acelerado.
La película propone recuperar los tiempos y estilos de esta vida urbana más lenta, e iluminar sus historias cotidianas con una luz propia. Así como el escritor argentino Antonio Dal Masetto retrata en “Oscuramente fuerte es la vida” una vida de una inmigrante común con sus dichas y desdichas, Pablo José Meza despliega en esta obra fílmica historias comunes de chicos comunes, que tienen una enorme grandeza y profundidad.
Las imágenes y los relatos que reúne Buenos Aires 100 km son bien distintos a las imágenes más cruentas de la crónica periodística sobre los jóvenes. Parecen revestidas de cierta inactualidad, como si “hablaran” de otra época. Tal vez, en parte, por la ausencia en la trama de dos aspectos muy fuertes del imaginario actual sobre la infancia y la adolescencia: la cuestión del consumo y la tecnología como elementos constitutivos de sus identidades, por un lado, y la problemática asociada a la violencia y conductas delictivas, por otro.
Muchas de las imágenes y discursos sobre la realidad social son formados hoy por los medios de comunicación de masas. Tanto por la forma en que se relatan problemas e historias, como por las imágenes que se convierten en representativas de conceptos o sentimientos, estos medios tienen un peso creciente en cómo le damos sentido al mundo, cómo interactuamos con otros, cómo nos percibimos a nosotros mismos, nuestras ideas sobre el bien y el mal, nuestros ideales de belleza, entre otros aspectos.
En particular, nos gustaría detenernos en las imágenes sobre la adolescencia que proponen los medios de comunicación de masas. Un informe de una ONG de Argentina, Periodismo Social (www.periodismosocial.org.ar), muestra que la infancia aparece sobre todo como objeto y sujeto de actos de violencia. No es raro encontrar en la sección de “Policiales” -de algún diario importante de nuestros países- titulares que podrían parecerse al siguiente: “Dos menores ingresan en un restaurante y huyen con la recaudación del día”.
Proponemos seleccionar junto a los alumnos las noticias donde se habla de niños y adolescentes de algunos medios de su zona (pueden ser periódicos, o bien pueden usar un registro minucioso de noticieros televisivos). ¿De qué hablan estas noticias? ¿Qué términos utilizan para referirse a los niños? (En el ejemplo anterior, podría reflexionarse sobre el uso de “menores” como categoría jurídico-penal.) ¿Qué actividades destacan? ¿Hay alguna idea de la infancia y la adolescencia que se proponga como normal o ideal? ¿Qué estereotipos aparecen? ¿Qué imágenes se seleccionan para ilustrar las notas?
Finalmente, propongan otra forma de acercamiento a las mismas “noticias” que estos medios seleccionaron. ¿Podrían contarse las mismas cosas de otra manera? También pueden proponer “noticias” que no hayan salido en el periódico o en la TV. ¿Qué cuestiones sucedieron en ese tiempo en la vida de sus alumnos que hubieran merecido ser contadas?
Un buen ejemplo es el programa de TV infantil mexicano Bizbirije, que tiene reporteros niños que cuentan como crónica televisiva lo que les sucedió en la semana: el aprendizaje de andar en bicicleta, las conversaciones o peleas con amigos, el campeonato de ajedrez del barrio, entre muchas otras cosas que a los adultos jamás se les ocurriría mostrar en TV. El programa tiene una red nacional de cronistas-niños que está integrada por todos los niños que solicitan su credencial al programa, y proponen un tema o historia para contar. El programa envía un productor y un camarógrafo para que filmen la historia propuesta.
Imaginen un programa de TV similar que tenga como cronistas a sus alumnos. ¿Qué quisieran contar ellos? ¿Cómo lo harían? ¿Qué imágenes querrían mostrar? ¿Qué locaciones elegirían?
Si el programa avanza, contacten a emisoras televisivas locales o comunitarias para interesarlos en el proyecto. Quizás pueda llevarse a la práctica con apoyo de estas u otras instituciones.
Proponemos ahora que comparen el relato de Buenos Aires 100 km con los de otras películas que cuentan la vida de adolescentes. Se puede tomar como ejemplo la película “Pizza, birra y faso” (Argentina, 1997), de los directores Adrián Caetano y Bruno Stagnaro. En ella se relata la historia de un grupo de jóvenes que viven en la ilegalidad, de asalto en asalto, en complicidad con un taxista llamado el “Jefe”. El dinero obtenido es el medio para acceder a pizzas, birras (cervezas) y fasos (cigarrillos de marihuana), elementos centrales en la vida del grupo. La historia de amor entre uno de los protagonistas, el “Cordobés”, y su novia embarazada se va desplegando en paralelo, y mostrará uno de los costados más drámaticos del film.
Nos parece interesante poder discutir con sus alumnos cómo hablan de los jóvenes ambas películas argentinas. ¿En qué problemas, experiencias, y prácticas se detienen ambas propuestas? ¿Qué imágenes se seleccionaron? ¿Qué diferencias en cuanto al tratamiento audiovisual reconocen en cada una de las propuestas fílmicas? ¿Qué destacan de la iluminación, los colores, los ambientes que estructuran las escenas? ¿Qué relación podrían establecer entre la forma audiovisual predominante y los rasgos o caracterizaciones que de los jóvenes se destacaron en la narración?
Toda generación joven se constituye a partir de una diferencia que se va modulando luego de una toma de posición, más o menos explícita, condescendiente, contestataria o indiferente frente a lo recibido de la generación anterior. Es la discontinuidad en el tiempo, y la distancia entre las generaciones adultas y las generaciones jóvenes, lo que da lugar a la incertidumbre de lo que vendrá. En la relación entre padres e hijos, adultos y jóvenes, este lazo no es sin conflictos ni desacuerdos. Sobre todo, cuando los códigos, deseos, experiencias, intereses, etc. excluyen, por lo menos parcialmente, a sus contemporáneos de generaciones anteriores. Podemos ver, por ejemplo, que las posiciones que asumen los adultos del film están particularmente ligadas a lo que consideran propicio y adecuado para esa etapa en la vida de sus hijos y serán determinantes, posibilitando u obstaculizando los acuerdos. En algunos casos, los mensajes y discursos de los adultos interpelarán a estos jóvenes desde la carencia, la ausencia, lo que les falta (capacidad, responsabilidad, deseo propio) pero, a la vez, desde la promesa y la esperanza de relevo y ascenso social. Es el caso del padre de Esteban, que negando el interés e inclinación literaria de su hijo, lo imagina como el constructor de los edificios del pueblo.
Siguiendo con esta perspectiva, los interrogantes y problemas que se despliegan en la película podrían considerarse atemporales, pasando inadvertidos los acelerados cambios y las nuevas condiciones sociales, culturales, laborales y tecnológicas sobre las que posiblemente estos discursos no encontrarían base firme para sostenerse. Si bien es evidente que las condiciones han cambiado, a la noción de juventud le cuesta todavía despegarse de las coordenadas típicamente modernas que la vieron nacer. Como señala la investigadora Rossana Reguillo Cruz “El Estado, la familia, la escuela, y (podríamos agregar el cine), siguen pensando a la juventud como una categoría de tránsito, como una etapa de preparación para lo que sí vale, la juventud como futuro, valorada por lo que será o dejará de ser” (Reguillo Cruz, 2000).
La distancia entre las generaciones adultas y las generaciones jóvenes no es la misma hoy que la que existía entre nuestros padres y abuelos. Tampoco es la misma la idea de autoridad que intervenía en la construcción de esa distancia. Sin embargo, decíamos más arriba que los problemas que se presentan en el film parecen atemporales. Veamos lo siguiente: Si nos lo propusiéramos, podríamos encontrar infinitas similitudes entre estas historias y otras imaginadas en los años ‘50.
Podríamos tomar como ejemplo, el conocido film “Rebelde sin causa”, (Estados Unidos, 1955) del director Nicholas Ray, que delinea el perfil juvenil de los años cincuenta. Si bien esta película remite a determinados sectores de la sociedad norteamericana, los problemas y conflictos que la trama despliega, (el inconformismo, la desazón, la falta de rumbo de muchos jóvenes) bien pueden servir para pensar en los problemas generacionales de esa década.
¿Cuáles creen podrían ser los rasgos reconocibles como atemporales o que podrían vincularse a las juventudes de nuestros padres y/o abuelos? Observen los modos de vestir, de hablar, de actuar, de los personajes. ¿Qué les llama la atención?
También nos interesa pensar cómo son las situaciones que deben enfrentar, cuáles son los dramas o conflictos que atraviesan los jóvenes en ambas películas. Discutan sobre los elementos de estas historias que pueden vincularse o diferenciarse de las propias: ¿Qué similitudes y diferencias encuentran?
Para seguir pensando, les proponemos mirar la película “Mundo Grúa” (Argentina, 1999), del director Pablo Trapero. La misma nos enfrenta con los desencuentros de la relación entre un padre, “Rulo”, desocupado de 50 años que tiene que empezar de cero, y su hijo Claudio, también sin trabajo, al que todo el tiempo el padre lo nombra “sin futuro”.
Nos interesa advertir que, si bien el film recorta problemas de la relación intergeneracional, lo hace poniendo el foco en situaciones que no son exclusivas de los adolescentes, situando las particulares condiciones de época que afectan a adultos y jóvenes por igual.
También proponemos comparar cómo juega el tiempo en las películas que estamos analizando. En ambos casos, los films parecen contagiarse, en su forma de narrar, de cierta monotonía y lentitud vinculadas a la transición del tiempo adolescente, por un lado, y a la incertidumbre laboral o a la rutina de la manipulación de las grúas por otro.
Los protagonistas de estas historias se encuentran en un período de cambios y de transición de una etapa a otra. Cambios que los sitúan entre los márgenes movedizos de la dependencia infantil y de la autonomía de los adultos. Para poner de relieve esta característica de los sujetos adolescentes, este transitar su experiencia en los márgenes y entre los márgenes, los historiadores de la juventud Giovanni Levi y Jean Claude Schmidtt , han acuñado el concepto de liminalidad, para reconocer los ritos de salida y entrada como un rasgo común de las diversas juventudes, en diferentes contextos. En sus estudios han podido reconocer numerosos aspectos del momento liminal, es decir, de los ritos de paso que les permiten a los adolescentes experimentar búsquedas en la preparación para la vida adulta. En especial, el trabajo de Norbert Schindler sobre la historia de la juventud entre los siglos XV y XVII se detiene en el lugar de los jóvenes en los festejos populares, sobre todo en los carnavales, donde ellos jugaban un rol de “guardianes del desorden”. El carnaval era presentado como el mundo al revés, en el que, desde la perspectiva de los adultos, se permitía que aquellos que se encontraban en período de transición hacia la edad adulta se erigiesen en los administradores de los lúdicos ritos de renovación y transformación propios del carnaval. La inversión de las jerarquías de clases sociales y de las generacionales era un momento importante en la vida de estas sociedades, y para los jóvenes marcaba un lugar especial, un tiempo de permisos y de impugnación con funciones sociales más claras.
Proponemos que identifiquen en el film cómo se componen estos ritos de pasaje de la niñez a la adolescencia, es decir, aquellas escenas que estarían marcando el abandono de cierta etapa y la inclinación y tránsito hacia otra.
La narración fílmica va creando escenas y dramas que permite a los protagonistas transitar por espacios más alejados del propiamente familiar, y más cercanos a la vida social. Una de estas escenas de la película puede ser la de la fiesta.
Proponemos que se detengan en esta escena, y analicen el contexto en el que esta fiesta transcurre, teniendo en cuenta tanto su temporalidad como el lugar en el que acontece. ¿Qué diferencias podemos encontrar entre esta fiesta en el patio de la casa y otro tipo de fiestas, donde pueda haber mayor euforia, intensidad, emoción? ¿Cómo contrasta esta imagen con la del carnaval presentada por el historiador?
Observen ahora el siguiente cuadro de Antonio Berni (Argentina, 1905-1981), “El carnaval de Juanito Laguna” (1960).
Deténganse en los personajes allí pintados. Rápidamente podríamos relacionar la fiesta del carnaval con las prácticas dionisíacas, las experiencias límites, el desafío a los límites, a borrar las jerarquías, los compartimentos estancos, y también con la muerte y la destrucción. Sin embargo, en Buenos Aires 100 km, la fiesta parece armar otra situación. La fiesta condensa reglas, cumple mandatos, es controlada y sancionada socialmente.
¿Hace alguna diferencia esta fiesta en la vida de estos adolescentes, provoca algún tipo de corte, o es meramente la continuación de su propia línea de tiempo orientada hacia el futuro? Piensen si hay otras fiestas que sí realizan ese corte o marcan un tránsito más claro entre etapas.
La película Buenos Aires 100 km narra la vida de cinco amigos durante un verano en el que comienzan a dejar atrás su infancia para entrar en su etapa adolescente. Lo interesante de la forma en que se relatan estas historias es que, por un lado, permite reconstruir la historia particular, la composición familiar, los proyectos, actividades, responsabilidades, ilusiones, imágenes de futuro de cada uno de los personajes y, por el otro, también pone de manifiesto los caracteres comunes, los atributos y preocupaciones del grupo, principalmente su modo de estar, de esperar, de transitar el tiempo, donde lo que vale e importa parece ser lo por vivir, y por ende por venir. Por esto, la ilusión adolescente no sólo se proyecta hacia adelante, sino también por fuera de los espacios conocidos.
Cada uno de los protagonistas va a transitar este tiempo de modos muy diferentes, en conciciones diferentes. Para Matías, por ejemplo, estar en la calle es una decisión forzada, en tanto el desamparo de su familia y la ausencia de cuidados básicos, como compartir el techo donde cobijarse, no le ofrece demasiadas alternativas. Para Guido, este tiempo disponible se entronca con obligaciones familiares y del mundo del trabajo desde muy temprana edad, y para Esteban, el tiempo libre y los meses de verano serán la recompensa por haber cumplido con las tareas escolares en tiempo y forma. Entonces, las tareas de dibujo y las “changas” en el almacén del padre, la calle, el trabajo repartiendo frutas, según sea el caso, van llenando la espera de estos jóvenes adolescentes y dando forma al mandato familiar que para algunos es “estudiar o trabajar” mientras otros sólo encuentran castigos y maltratos de adultos renuentes para acompañar y sostener lo que se supone es un proceso de crecimiento y transición.
Lean el siguiente fragmento de “El Juguete Rabioso”, primera novela escrita por Roberto Arlt (escritor argentino, 1900-1942):
“Cuando cumplí los 15 años, cierto atardecer mi madre me dijo:
- Silvio, es necesario que trabajes.
Yo que leía un libro junto a la mesa, levanté los ojos mirándola con rencor. Pensé: trabajar, siempre trabajar. Pero no contesté.
Ella estaba de pie frente a la ventana. Azulada claridad crepuscular incidía en sus cabellos emblanquecidos, en la frente amarilla, rayada de arrugas, y me miraba oblicuamente, entre disgustada y compadecida, y yo evitaba encontrar sus ojos.
Insistió comprendiendo la agresividad de mi silencio.
- Tenés que trabajar, ¿entendés? Tú no quisiste estudiar. Yo no te puedo mantener. Es necesario que trabajes.”
Así como también sucede en la película, podemos vislumbrar en este pequeño fragmento el peso de las leyes y los mandatos familiares. Adelantándonos en el relato, va a ser el personaje principal (Silvio Astier) quien trabaje, y su hermana quien estudie, de acuerdo a las decisiones de la madre. Esta situación podría ayudarnos a reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las leyes y mandatos que aparecen en la película? ¿Quiénes las pronuncian? ¿Quiénes las acatan? ¿Qué lugar ocupan estos mandatos en la vida de los adolescentes? ¿Qué señales de rebeldía –tal como el silencio de Astier- podemos descubrir en el film?
Piensen en las imágenes que describe Arlt. La siguiente oración es un ejemplo de una imagen cuasi-fílmica: “Azulada claridad crepuscular incidía en sus cabellos emblanquecidos, en la frente amarilla, rayada de arrugas, y me miraba oblicuamente, entre disgustada y compadecida, y yo evitaba encontrar sus ojos.”
Discutan sobre el paso de la literatura al cine. ¿Què decisiones tiene que tomar el cineasta cuando “traduce” esta imagen a una escena fílmica?
El tiempo en el film es una de las características en las que nos queremos detener. El tiempo o ritmo de la narración es importante en una película, porque determina formas de contar, amplifica temas o los suprime: es casi como un sistema de puntuación para la narración cinematográfica. Una imagen detenida, un primer plano, un travelling largo, refieren a un aspecto o plano en el que el director quiere que nos detengamos. De la misma manera, la estética del videoclip o del montaje hiperacelerado y fragmentado también construye un relato, que vuelve difícil detenerse en los detalles, “leer entre líneas” o elaborar más matices.
En esta película, el transcurrir del tiempo en este pueblo toma una forma cíclica, y no logra resolverse en el interior del mismo. La salida de este tiempo circular está en otro lado, afuera, en la gran ciudad. Da la sensación de que el tiempo tendrá que pasar para que aquel futuro esperado aparezca. El tiempo del relato da cuenta de esta inercia, casi desidia, cuando el film va presentando varias escenas “estáticas”, donde el tiempo pareciera no transcurrir nunca. Por ejemplo, vemos a Esteban mirar embobado a la muchacha llegada de la Capital, con un primer plano suyo que se suspende por varios segundos. Sin embargo, el tiempo parece cambiar de velocidad ante algunos hechos puntuales que rompen la monotonía de la vida pueblerina. Estos hitos van a ser, a su vez, los que provoquen cambios en las vidas y en las formas de pensar de estos jóvenes.
Tal como se menciona, aparecen escenas donde el transcurrir es muy lento. Proponemos que rastreen otros primeros planos, además de aquel de Esteban, donde se manifieste con este mismo sentido. También sugerimos que reflexionen sobre algunas preguntas, identificando los momentos en la película en los cuales el tiempo parece cambiar de velocidad, por ejemplo, cuando Damián descubre que es adoptado; y nosotros como espectadores podemos suponer que su vida ya no será igual: ¿Cuáles son esos otros momentos de la película que nos dan indicios de que el tiempo avanza? ¿Cómo relacionarían estos cambios de velocidad con la trama de la historia? ¿Con qué cuestiones podemos pensar que está asociado el paso del tiempo? ¿Cómo son los planos de estas escenas?
La elección de las locaciones de la película es igual de importante que el ritmo que se le imprime a la narración. Esos espacios que se eligen como marco para la acción van marcando territorios donde se establecen relaciones, se plantean jerarquías, y también se las impugna.
La película trabaja sobre todo en relación al crecimiento y a los conflictos intergeneracionales. En la película podemos observar que las relaciones familiares y los vínculos de los jóvenes con la palabra de los adultos comienzan a presentar fisuras. Frente a leyes y autoridades familiares arraigadas, los jóvenes comienzan a desafiar esos patrones, que ya no se presentan como consistentes y únicos. En los padres empiezan a aparecer errores y flaquezas, que en producen actos de rebeldía y reproche en los jóvenes. Esta pérdida de la solidez de la figura y la palabra de los adultos se va dando en un movimiento gradual, que parece necesario para ir armando una posición en el mundo y fortaleciendo su propia palabra. En un movimiento de consistencia e inconsistencia de y con los adultos, los jóvenes adolescentes van y vienen: a veces hablan en nombre propio, y a veces en nombre de un adulto.
En este “enfrentamiento” entre padres e hijos, hay una escena que destacamos. Guido, frente a la explotación que sufre por su padre, en lugar de sólo realizar su tarea de limpiar la camioneta, decide articular una pequeña venganza: le desinfla uno de los neumáticos de su automóvil. Sin embargo, ante sus amigos, sostiene la imagen del padre responsable que trabaja por el bien y el progreso de todos sus hijos en la empresa familiar.
Las rebeldías entre los jóvenes no sólo aparecen hacia adentro de las familias, sino que también se observan actitudes de disconformidad entre ellos y con el pueblo donde viven. En la sensación de malestar, el rumor y el chisme tendrán un lugar privilegiado. Podríamos decir que bien le cae a esta historia el famoso dicho popular “pueblo chico, infierno grande”. Todo el pueblo, menos el destinatario, conoce los secretos de los demás, y la revelación de éstos frente a los amigos será un signo de traición.
Otro ejemplo lo encontramos en la primera escena de la película. Esta transmite bronca por parte de los adolescentes y un “no me importa nada” ante el pueblo. Los chicos cargan bombitas de agua y barro y las tiran contra un colectivo lleno de pasajeros en la calle principal del pueblo, sabiendo los probables castigos que los esperan (golpes, dormir afuera, gritos, etc.).
Como vemos, los problemas ligados a los lugares por donde transitan los personajes, también sobresalen en el film. Desde los griegos, aprendimos ya que el espacio público también enseña. No se trata tanto de la calle como mero espacio de ocio, sino como espacio de producción de subjetividades. En la calle está la gente, el rumor, el amor, el fútbol, los amigos y los enemigos. E incluso para Matías, está su cama.
En este sentido la calle, como espacio público, es el sitio privilegiado de éstos jóvenes, donde se establecen relaciones, lazos de amistad y también, les permite alejarse de los espacios familiares, escolares y laborares, construyendo otro espacio, no institucionalizado. Así, otros lugares: el almacén de los padres de Esteban, la puerta de la peluquería, el galpón donde “el manco” estaciona el camión, etc. cobran nuevos significados: es lugar de encuentro de los jóvenes, se trata de un lugar significado por ellos.
Sin embargo, a raíz de los problemas presentados en la película se puede observar cómo la peluquería, el potrero, la calle, van a ir perdiendo paulatinamente la significación otorgada como punto de reunión y encuentro de los jóvenes, rompiendo también el aglutinamiento entre ellos. Podemos decir que esta situación se da coyunturalmente por las peleas y diferencias al interior del grupo, pero también observamos que forma parte del proceso de cambio de percepción sobre el espacio y el tiempo que transitan estos adolescentes, vislumbrándose otros lugares como necesidad para el desarrollo.
En un intento de poner al máximo la oposición exterior / interior, ciudad / pueblo del interior, al menos desde las representaciones que se ponen en juego, la película parece privilegiar aquellos espacios cotidianos que desde la vida en las ciudades, y las experiencias de los últimos tiempos podrían entrar en tensión o, por lo menos, cuestionarse como espacios reconocidos para contener las expresiones juveniles contemporáneas. En la Argentina, aunque las imágenes nos muestren a los jóvenes circulando por todas partes, es cierto también que últimamente van siendo desplazados de los espacios públicos, primero en los barrios, ahora también del centro de la ciudad; siendo cada vez más sometidos a fuertes vigilancias por empresas de seguridad privadas o por la policía oficial, ambos estigmatizando y persiguiendo los momentos de encuentro de los jóvenes y las jóvenes, obligándolos(as) muchas veces a replegarse en los espacios de consumo.
Como última actividad, sugerimos observar con detenimiento algunas de las escenas que transcurren en la calle, para poder reflexionar a partir de los siguientes interrogantes; ¿Qué prácticas se construyen en un lugar – la calle, la puerta de la peluquería, el potrero- que no está determinado por una maquinaria institucional como la escuela? ¿De qué forma los jóvenes que allí se la pasan dotan de sentido a estos lugares y construyen identidades? ¿Cuáles son aquellos otros lugares que los jóvenes quisieran ocupar?
Ahora proponemos que rastreen qué cambios encuentran con la forma de entender y transitar por los espacios.
Para ello, pueden pedir a los alumnos que pregunten a sus abuelos, a sus padres y a sus hermanos mayores dónde se reunían con los amigos y qué hacían. Pueden confeccionar una lista de los lugares y las actividades que ellos prefirieron. Después pueden hacer lo mismo con los integrantes de la clase y conversar acerca de los cambios.